"LAGARTIJO"
DEJÓ ENTREVER SUS GANAS DE SER TORERO
L.R.G.
Ganado: Los novillos anunciados de Talavante,
fueron rechazados y sustituidos por seis ejemplares de Luis Algarra, con
dificultades, siendo los mejores segundo, quinto y sexto, éste el mejor.
Gines
Marín:
estocada ( oreja) y estocada ( vuelta al ruedo tras fuerte petición de oreja
con gran bronca a la presidencia por no concederla).
Jonathan
Blázquez "Varea": Dos pinchazos, bajonazo y dos descabellos ( silencio)
y estocada contraria (silencio).
Javier
Moreno "Lagartijo": Dos pinchazos (silencio) y estocada ( dos
orejas).
Plaza: Algo más de un
cuarto en tarde de calor soportable.
Javier Moreno "Lagartijo" abrió
por primera vez, en esta feria, la puerta de "Los Califas" al cortar
dos orejas al extraordinario novillo que cerró el festejo. Antes, en su
primero, con un novillo que derrochó genio y malas maneras, estuvo el chaval
aguantando el tipo. Pero, como decimos, donde se mostró tal como es, fue en
este bravo animal que acudía pronto al engaño y al que enjaretó una faena de
mucha intensidad, con el pero quizás de que debía habérselo llevado a los
medios dándole más sitio y no ahogarlo, con una faena demasiado encimista, ya
que el animal acudía de largo con alegría, pero bueno, eso se aprende y son
detalles que se corrigen conforme se vayan curtiendo los toreros y conozcan
mejor el comportamiento del toro y sus terrenos. El público vibró con el buen
hacer del chaval y sobre todo con su derroche de ganas cuajando series por
ambas manos de mucha torería. Mató bien y el presidente puso en sus manos dos
orejas, antes de que el respetable las pidiera. Aquí hay torero.
Ginés Marín es un torero con mucha torería,
excelente en el toreo de capa, al que un novillo sin alma no le desdibujó en
ningún momento su labor con la franela. Donde no hay no se puede sacar, pero
Marín extrajo lo único que había. Paseó una oreja. En su segundo, novillo
infinitamente peor, con embestidas inciertas y echando la cara arriba, el joven
torero aguantó con clase el chaparrón, con muletazos sueltos de gran factura.
El tercero en liza "Varea" no
supo ver a su magnífico primer novillo, al que intentó torear sin la distancia
adecuada y sin sitio. Cosa peor fue en el quinto, un buen novillo bravo que
necesitaba enfrente un torero resolutivo y que no se arrugara. La labor
muleteril, si la hubo, fue un continuo desacierto que incluso molestó al
mayoral de la ganadería que le gritaba desde su burladero increpándole por su
abulia. "Varea" pasó como una sombra sin dejar huella de nada.
La tarde culminó con la salida a hombros de
un chaval de la tierra que cruzó ilusionado la puerta de "Los
Califas".-
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