EL TORO PUEDE
QUEDAR COMO UNA ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Ladislao Rodríguez
Galán
José Luis Villafuerte hizo su primer
paseíllo actuando en la mujer cordobesa
en mayo de 1989. Y en agosto de ese mismo año debuta de luces en
Brazatortas. Han pasado veinticinco años y Villafuerte, que en sus años de
torero activo, estudiaba veterinaria, se ha convertido en un profesional
cualificado experto en el toro bravo.
En su despacho de Asaja, donde presta sus
servicios como asesor técnico y sanitario, mantenemos una breve conversación.
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Cuantos años vistió
de torero?
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Toree cincuenta novilladas sin caballos y cuarenta con picadores. Actué en las
principales plazas de España. Cinco veces en Córdoba y dos en la Maestranza de
Sevilla, donde me retiré. Todo estaba muy complicado y la cuestión económica
influyó bastante. Pero fueron diez años alucinantes. Desde entonces me centré
en mis estudios veterinarios y por amor al toro bravo me especialicé en él.
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También es esta una
profesión más tranquilita…
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-No
crea. En los ruedos recibí tres cornadas y como veterinario una que casi me
atraviesa el pecho. Iba a operar un toro y lo anestesié, pero no fue suficiente
y cuando me acerque se levantó y me lanzó por los aires corneándome.
Fue un exceso de confianza.
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Cuál es la
enfermedad más frecuente en el toro bravo?
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La
lesión ocular. Para los Limusine, Retinto o Charoles, que son de consumo no es
problema, pero para el toro bravo es terrible por qué queda inutilizado para la
lidia. El toro en la plaza debe tener una visión perfecta.
Como curiosidad le
indico que curé al toro “Bondadoso”, de Domingo Hernández, que indultó “Finito
“ el 29 de mayo de 2004 en Córdoba y precisamente ahora, diez años después
(5-7-2014), también “Finito” ha
indultado en Arévalo a “Sembrador”, hijo de aquel toro.
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-Esta hoy el toro mejor cuidado que nunca?
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Por
supuesto. Se cuida más y está mejor alimentado. La prueba es que se caen
menos y embisten más que nunca. El
ganadero está muy pendiente de su cuidado.
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O sea que el toro
bravo tiene un amplio futuro…
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No
estaría yo tan seguro. En los últimos cinco años la cabaña de bravo se ha
reducido alarmantemente por que el número de festejos ha disminuido. El toro
sin la fiesta no tiene futuro y actualmente su precio ha caído en picado. Una
ganadería cuesta mucho y el toro vale poco. Puede quedar como una especie en
peligro de extinción.
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Tan fuerte ha
golpeado la crisis a este sector?
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Naturalmente
la fiesta de los toros no podía escapar. La falta de ayuda oficial y lo costoso
que resulta montar un festejo hacen que se esté pasando por un momento
delicado.
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Tengo entendido que
su afición sigue intacta. ¿Cuándo toreó la última vez?
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Hace
una semana. En un tentadero.
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