L.R.G.
Con la participación de alumnos de la
Escuelas Taurinas de Córdoba y Málaga se inauguraron las becerradas nocturnas en Cabra y que la
empresa Campo Bravo ha recuperado como una de las más antiguas tradiciones del
verano en esta bella ciudad de la subbética. En el cartel cuatro becerros de
Blanco de Torres (Santa Eufemia, Córdoba), muy bien presentados, bravos y de
excelente juego. Tanto que de no haber sido por el mal uso de los aceros el
esportón de los chavales se habría llenado de trofeos. Pero eso no debe de
desanimarles, al contrario, el público (un cuarto de plaza) les animó
constantemente con sus ovaciones, porque comprendió que son alumnos y este
camino es harto difícil y complicado.
Mateo Peinazo (una oreja), Rocío Romero (dos
orejas) e Ignacio Ostos (una oreja) por la escuela de Córdoba y Carlos Jiménez
Blázquez (oreja), de la de Málaga, supieron estar a la altura de un ganado que
pedía que se le hicieran las cosas bien. Enhorabuena a los cuatro por su
progresión y a la empresa por esta idea, confiando en que continúe el ciclo.
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