Ladislao
Rodríguez Galán
Una tarta con el número 50, su hijo Julio y
un grupo de amigos fueron los ingredientes que necesitó Manuel Benítez "El
Cordobés" para celebrar el aniversario de su alternativa. Todo se fraguó
en el desayuno que organizó diario CÖRDOBA para conmemorar esta efemérides.
Terminado el acto, el ganadero José García Guillén, invitó al V Califa a una
fiesta campera para celebrar este histórico acontecimiento en su finca "
Viña Grande", en Lorca. Se eligió la fecha del sábado día 25, porque
coincidía justo con el mismo día en que, hace medio siglo, Antonio Bienvenida
lo hizo doctor en tauromaquia. Con tal fin Benítez, su hijo Julio y un grupo de
amigos de Córdoba, compuesto por Manuel Rodríguez, su esposa Carmen, Fernando
Sacromonte, Antonio Alcántara y su esposa Mª Ángeles, el que firma este escrito
y su esposa Ana, salieron muy de mañana
rumbo a tierras murcianas.
Alrededor de doscientas personas esperaban
la llegada del torero y de su hijo, que nada más llegar fueron desbordados por
los invitados. El ganadero, acompañado de su encantadora esposa Mª Dolores,
había preparado una tienta con cuatro utreros y otras tantas vacas de su hierro
"Madroñiz", que fueron trasladados, la noche anterior, de su finca
cordobesa de El Mato, que es donde pastan estas reses. La comitiva cordobesa aterrizó
a media mañana a la finca que cuenta con unas instalaciones muy a modo y una plaza de toros extraordinaria. Se prefirió
almorzar primero y luego proceder al tentadero. Y así se hizo. A los postres
Manuel Benítez sopló una tarta coronada con el número 50, y como ese mismo día
se conmemoraba también el sexto aniversario de la alternativa de Julio Benítez,
al que hizo matador de toros su propio padre en nuestra plaza de toros, pues se
había preparado otra tarta para el joven torero con el número 6. El destino ha
querido que con diferencia de 54 años, padre e hijo tomaran la alternativa el
mismo día del mes de mayo. Pero es que aún había otra tarta mas, ésta para Juan
García, hermano del ganadero que se jubilaba el mismo sábado. Una reunión muy
divertida y simpática. Entre aplausos y vítores, se brindó por ambos toreros.
Tras la espléndida comida y posicionados
todos los invitados en el cómodo tendido, se fue dando suelta a los utreros, de
los que dos fueron para Julio Benítez, y los dos restantes para Paco Ureña y
Miguel Ángel Moreno. Julio Benítez, que está en un momento extraordinario, como
pudimos comprobar en su última actuación en Córdoba hace unos días, se mostró
muy decidido y fue capaz de doblegar a los animales que sacaron genio y casta y
necesitaban frente una muleta prodigiosa siempre puesta. Mientras su hijo
resolvía eficazmente ante los toros, Manuel Benítez, que compartía burladero
con el ganadero, disfrutaba viendo la evolución del pequeño de sus hijos y a
punto estuvo de salir a dar unos pases. El
que no se pudo resistir fue Manuel Rodríguez que se estiró en una tanda por la
izquierda con sabor de toreo antiguo y eterno. Todo transcurrió como indicaba
el guión, con una temperatura magnífica y un día de toros completísimo por el
juego de los toros y las vacas.
Pero todo llega a su fin y con el declinar de la tarde emprendimos regreso a Córdoba.
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