Corría el año 1973 cuando los hermanos
Ramón y José Arranz fundaron en la calle Doce de Octubre, en Córdoba, una
taberna-mesón al que pusieron el nombre de "El Coto" por que
primordialmente vendían tapas de carne de monte, como venado o jabalí,
habichuelas con perdiz, pajaritos y zorzales fritos y champiñón a la plancha,
siendo pioneros en ofrecer en su carta el rico salmorejo
cordobés. Desde el primer momento contaron con una clientela fiel que se ha ido
incrementando con el paso de los años.
Los dos hermanos son muy buenos aficionados a los toros
y dado que su clientela compartía dicha afición, decidieron darle un nuevo cariz y estilo a la
decoracion del local ambientándolo en torno al tema taurino. Porque dicha
afición, junto a la vocación
hostelera, les viene por línea paterna, ya que su padre Ramón Arranz
Castiglionni, era tan amante de la fiesta que hasta se probó con el nombre de
" Arriancito" toreando por
varias plazas con aceptable fortuna, hasta que decidió dejarlo para entregarse
de pleno al negocio que montó allá por los años de la República, un café
cantante denominado "Alhambra" , lugar de reunión de artistas y
toreros de la época. Posteriormente abrió
"Munich", en pleno corazón de la ciudad, que también tuvo
mucho éxito.
Y claro, de tal palo tal astilla, Ramón,
magnífico profesional de la cocina, fue un novillero de éxito en los años
cincuenta toreando en muchísimas plazas compartiendo cartel con lo mejorcito de
entonces. Pero si el toro era su pasión, los fogones constituían su otra
debilidad y como cocinero de lujo trabajó en los mejores restaurantes hasta que
decidió establecerse por su cuenta y, al alimón con su hermano José, montó
"El Coto", un lugar emblemático, orgullo de la hostelería cordobesa
que cuenta con una prestigiosa y riquísima cocina.
Convertido en un auténtico santuario
taurino, como reclamo popularizaron el slogan "El Coto, donde siempre hay
un taurino". De verdad, entrar en este establecimiento, es como visitar un
museo taurino. Tiene bouquet y se
respira toreo del bueno. Aqui tiene su
sede la peña "Finito de Córdoba" y por eso las paredes estan colmadas
de recuerdos del diestro del Arrecife. Junto a un vestío de torear, grana y
oro, cuelgan dos cabezas de toros, una del hierro del Marqués de Domecq y otra
de Arribas Sancho, ambos estoqueados por el torero titular. Son imnumerables
las fotos de Manolete que salpimentan
este encantador lugar. Igualmente
carteles históricos y otros objetos diversos componen la decoración que
resulta muy agradable invitando a compartir una tertulia ante una copa de vino
y una exquisita tapa.
Este lugar era de visita obligada para José
Flores "Camará", apoderado de Manolete . Tambien Rafael Sánchez
"Pipo" gustaba de venir y degustar sus tapas y buen vino. Todos los
toreros cordobeses han estado en este santuario alguna vez y de los foráneos
José Fuentes, "El Soro", Rivera Ordóñez, etc...la lista sería muy
larga y no es cuestión de alargar este escrito conmemorativo de un cumpleaños
que a todos nos alegra, porque "El Coto" es un referente en Córdoba
de buena cocina, buen vino y extraordinario ambiente.
El Coto tiene instituido, desde hace 24
años, un trofeo que premia la mejor actuación de un novillero en los festejos
de la feria de Mayo. Es muy rigurosa su adjudicación habiendo quedado desierto
en bastantes ediciones. Entre otros novilleros, lo lucen en sus vitrinas José
Luis Moreno, Juan Serrano "Finito
de Córdoba" y Rafael González "Chiquilín".
Actualmente
Ramón, el hijo de José, tomó el relevo del negocio dando paso así a la tercera
generación. Lleva mas de veinte años integrado en el mismo y a la jubilación de su padre y tío, se ha
hecho cargo de los destinos de esta joya de las tabernas cordobesas que tantas
y tantas páginas de literatura han inspirado a través de la historia.
Felicidades y a cumplir muchos mas.-
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