Nuestro querido compañero, en las tareas
informativas taurinas Juan Plata, hombre entendido y prudente en el mundo del
toro y por eso respetado por todos, está velando armas para su “prueba de
fuego” el próximo día 28 en los Jardines Taurinos de El Pilar (La Carlota).
El bueno de Juan, tenía desde siempre, la
ilusión de torear en la plaza de su pueblo. El problema es que el ve los toros
desde la barrera. O sea que lo suyo es
el micrófono y la pluma. Pero mira por donde en la Aldea Quintana se
encuentra el Rincón Taurino de Lázaro y en La Carlota la Asociación Taurina
Carloteña, instituciones con muchas inquietudes y actividades para relanzar la
Fiesta en la zona y como Juan forma parte de ambas, decidieron echar para
adelante y allanar el camino para que el sueño se realizara. Es justo reseñar
que en esta labor ha sido imprescindible la colaboración del Hotel El Pilar.
Así que junto con el protagonista se decidió
la fecha del 28 de Octubre para el feliz acontecimiento. Ese día, Juan cumplirá
años y este será el mejor regalo que pueda recibir.
Pero claro, hacía falta lo fundamental: el
toro. La organización se puso en contacto con la ganadería de Doblas Alcalá
(Hornachuelos) y allá que se fueron Lázaro, Juan Carlos, Juan Plata, y quien
escribe, para tomar imagen del bravo animal y poder mostrarlo a Vds., y como
pueden observar el becerro está bien formado, con carita agradable (como
corresponde) y peso apropiado para lo que se pretende: pasar un día agradable.
El nombre de la “fiera” es “Diablo”, un diablo que será doblegado por el buen
hacer de Juan Plata que se ha preparado a fondo, asistiendo incluso a la
escuela taurina de Córdoba.
Así pues, todo está preparado para que la
jornada sea inolvidable para el torero y también para los asistentes, que al
día de hoy se cuentan por cientos.
Suerte maestro, querido amigo.
En la finca de Doblas, surgió la anécdota
de la tarde. Cuando nos disponíamos a abandonar la dehesa, José el mayoral, nos
indicó si queríamos ver al utrero que el crió con biberón al fallecer su madre
en el parto. Nos encantó la idea y pudimos disfrutar de un rato magnífico dando
de comer ramones de olivo al bravo pero noble animal.- L.R. G.
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