.L.R.G.
Belmez 8-9-2012
Ganado: dos toros de Luis Terrón, para rejones, bien presentados y nobles y cuatro toros de Zalduendo, aceptablemente presentados y de buen juego, aunque con las fuerzas justas. Segundo, tercero y sexto con más calidad.
Ganado: dos toros de Luis Terrón, para rejones, bien presentados y nobles y cuatro toros de Zalduendo, aceptablemente presentados y de buen juego, aunque con las fuerzas justas. Segundo, tercero y sexto con más calidad.
Diego Ventura:
rejón ( dos orejas) y rejón ( dos orejas)
Manuel Díaz “El Cordobes”: pinchazo hondo, estocada desprendida y cuatro
descabellos (silencio) y estocada y dos descabellos ( dos orejas).
Juan José Padilla: estocada trasera( dos orejas y estocada trasera ( dos orejas).
:
Plaza: Algo
más de media entrada en tarde de temperatura agradable.
La
flojedad de los toros, condicionó de alguna manera, el desarrollo del festejo
que se convirtió en populista gracias al toreo particularísimo de los dos
matadores y el rejoneador intervinientes. Su carisma y su facilidad para
conectar con un público agradecido y generoso, posibilitó que la gente saliera
muy complacida de la plaza.
El
primer toro de “El Cordobés”, al que recibió con un aseado saludo de capote, no
era material idóneo para desarrollar el toreo que este torero necesita. Sin
embargo, la gran virtud de Manuel Díaz es la sinceridad en la plaza, y eso,
unido a su honradez, le ha convertido en un ídolo de masas. No se rinde nunca y
su tesón le proporciona éxitos tarde tras tarde. El animal comenzó a mostrar
falta de fuerza desde que salió, pero tras el puyacito, se acrecentó la
debilidad y su labor, fundamentalmente, consistió en mantenerlo de pie. Sin
embargo consiguió sacar muletazos de muy buena factura, sobre todo, con la
izquierda. Unos saltos de la rana rubricaron la faena. Pena de la espada. Su
segundo, con un poquito de más alegría, le permitió un recibimiento capotero
aseado de las tablas hasta el centro. Con la muleta realizó una faena variada,
no exenta de calidad, sobre todo en una serie de derechazos mirando al tendido.
El toro era a contraestilo y “El Cordobés”
puso todo lo que al toro le faltaba, que era mucho.
Con
una larga cambiada recibió Padilla a su primer toro, para luego continuar con
verónicas. El mismo diestro picó al
toro, una parodia de la suerte de picar, como en toda la tarde, pues los
animales no aguantaron un puyazo en condiciones. En banderillas, poderoso como
siempre, destacó clavando al violín. Ya con la muleta realizó una faena variada
y valiente, con excelentes naturales y desplantes que se jalearon. Con la
espada un cañón. En el que cerró plaza más de lo mismo. Vistoso con el capote y
entregado con los rehiletes. El toro, que era difícil y complicado por el pitón
izquierdo, apunto estuvo de echarle mano un par de veces. Sin embargo su
veteranía y oficio le hicieron solventar la papeleta. Remató con redondos
agarrado al morlaco y desplantes. Otra vez la espada certera.
Abrió
el festejo un toro apto para el rejoneo al que Ventura, de inmediato, encelo en
el caballo. El animal, que se venía de largo y acometía con clase, fue el
condimento que Ventura necesitaba para lucirse en su actuación. Siempre clavó
al estribo, lo mismo rejones que banderillas. Sensacional la colocación de las
cortas al violín y su posterior toreo de
costado que encendió a la plaza. Un rejón certero puso las dos orejas en sus
manos. Su segundo toro, el más grandote de la tarde, se apagó pronto y aún así,
supo exprimirlo al máximo. Perfecto un par de banderillas a dos manos y cuando
colocó el sombrero en el testuz del animal la plaza se vino abajo. Otro buen
rejón y dos orejas al esportón.
Los
tres salieron en hombros entre el beneplácito general.
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