Cuando los
presidentes de los festejos quieren ser protagonistas mal asunto, si de por si
los toros en Córdoba tienen poca emoción y lo que queda lo quitan, apaga y
vámonos, yo recuerdo las películas que a mí de chico me encantaban que eran las
del Curro Jiménez, la historia basada en ese bandolero que le robaba a los
ricos para darle de comer a los pobres, pues aquí ayer en Córdoba fue al
contrario, le robaron al pobre lo poquillo que había para dárselo al rico, y
así no vamos a ningún lado, pero en fin este lo vio así hay que acatarlo.
Ayer en
Córdoba se lidiaron cinco toros de Núñez de Cubillo y uno el segundo de Juan
Pedro Domecq, justitos de presentación y juego.
Cuando a un
torero lo bautizan con un sobrenombre es por algo, aquí en el toreo está todo inventado
y el que venga a innovar tiene que ser de Seneca para arriba, ayer Enrique
Ponce se invento dos faenas que los toros, no tenían, claro está el sobrenombre
es el de “catedrático del toreo” y ese es señores Enrique Ponce Martínez y
natural de chiva “Valencia” el torero empezó a embobar los toros de tal manera
y a perfeccionar las tandas de muletazos con tanta suavidad como el pasodoble
que sonó durante el transcurso de la lidia del segundo del lote del maestro,
“En er mundo” y Ponce se pillaron los compases y la faena y cogiendo tanta
emoción para el maestro como para la banda, el solo del pasodoble al mismo son
que Ponce iba componiendo pases hizo vibrar casi media entrada que ayer cubrían
los graderíos de los califas, esa puerta estaba abierta, pero la última palabra
la tenía las espada, no estuvo fino el maestro ayer con los aceros, y tuvo que
saludar las dos ocasiones que seguro que eran cuatro orejas con todas la leyes.
El Juli
venía de Nimes de formar un lio gordo, de abrir la puerta de los Cónsules del
día de antes, no se le notó para nada el cansancio del viaje, a su primer toro
le hizo faena de su estilo más eléctrico, un toro paradito y el Juli optó por
las cercanías y lo que le faltaba al toro lo puso él, basó prácticamente su
faena en circulares y redondos que gran calaje, que puso la plaza al rojo vivo,
con la espada un cañón como siempre y le concedieron dos orejas, que creo que
el presidente, se pasó dando orejas, el quinto poco pudo hacer, bien con el
capote, pero al llegar a la muleta el toro echó el freno y dijo hasta aquí, no
logró sacarle ni una tanda, lo mató de un pinchazo y un descabello y tuvo que
salir a saludar.
Se
presentaba en Córdoba un chaval desconocido para gran parte de la afición, y
resulta que Jiménez Fortes que así se llama el chaval, puso a la plaza con el
alma en vilo, dos faenas de muchísimo valor, el chaval asentó los pies en la
arena y en palmo de terreno, hizo dos faenas muy caras, de mucho valor, cierto
y verdad que los toros tienen su sitios y hay que dárselos, ayer es primero
estuvo enorme pero lo ahogaba, hasta tal
punto que se llevó una fea voltereta, que le pegó un golpe en la nariz y le
tuvieron que dar varios puntos de sutura, el que cerraba plaza, lo toreó de
capote muy ajustados, mas ya no se podía y con la muleta le pegó cinco tandas
de derechazos, muy ajustados, que terminó con manoletinas ajustadísimas, una
estocada le valió una orejas y dos vueltas al ruedo, porque el presidente no le
quiso conceder la segunda.
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