Ayer se inauguraba la temporada taurina en Córdoba, la verdad es que todos los años se inaugura con el tradicional festival a beneficio del cáncer, y este proyecto mueve a la gente, o mejor dicho nos volcamos todos con esta dura enfermedad.
Ayer en Córdoba se rozó el lleno, yo personalmente calculé más de tres cuartos de entrada y porque la tarde amenazaba agua y eso le hizo algún sector de público pensárselo, pero vamos la plaza como digo estaba prácticamente llena, y como digo en tarde de aire, gris y por momentos lluviosa.
En el capitulo torero, todos en general aportaron o resolvieron lo mejor que pudieron la papeleta.
Se lidiaron siete reses el primero de los espartales para rejones y el resto de Domingo Hernández y Garcigrande bien presentado, algunos con mucho genio y otros con mucho peligro, pero que en su mayoría resultaron manejables.
Abría cartel el rejoneador Leonardo Hernández, que hizo una gran faena calvando siempre al estribo y ajustando mucho las suertes, faena de dos orejas sin duda de no haber fallado con los aceros.
Enrique Ponce sacó agua de un pozo seco, nadie apostábamos nada por aquel toro, con mucho peligro muy soso sin transmitir nada, pero claro Enrique si es catedrático del toreo es por algo, se metió con el animal y se peleó con él hasta tal punto que llego dar alguna tanda de gran peso, por lo cual faena para mi opinión muy valorada y malograda por los aceros, una meresidisima vuelta al ruedo fue su premio.
Finito de Córdoba estuvo muy voluntarioso ante un toro que en principio no fue fácil, quizás el más feote de la tarde pero fuerte, hasta tal punto que derriba a su picador, quedando mucho rato debajo del caballo, y esto le propinó una lesión en la pierna, finito volvió loca a la plaza para mi gusto en tres tandas de derechazos muy estilo de la casa una oreja fue su premio.
Manuel Díaz “el cordobés” estuvo en su línea de siempre agradando al público, conectando rápido, con su estilo propio de toreo donde no podía faltar el salto de la rana, los desplantes de rodillas, o los cabezaso, la espada le privó de algún trofeo.
El fandi como siempre donde va arrasa, con su plato fuerte como se suele decir, volvió a la gente loca con tercio de banderillas don no faltó el par al violín, con la muleta estuvo entonado y confiado hasta tal punto que el toro le propinó una brutal paliza que le hizo pasar a la enfermería, una oreja fue su premio.
Pero tuvo que llegar la esperanza de Córdoba y de que manera, José Luís Moreno toreó de capote como los angeles los mejores capotazos de la tarde fueron los de Moreno, la plaza era clamor coreando a Moreno, con la muleta sobre todo por el pitón derecho ligó tandas muy templadas y con gusto, lástima que la espada de nuevo le ipidiera mayor premio, aún así paseó una merecida oreja.
Andrés Jiménez “Gallo Chico” recibió saludos.
Entretenido festival que la gente se volcó, todo sea por una buena causa.
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