. Hasta lo que más dura tiene final. El matador de toros Finito de Córdoba y su apoderado Toño Matilla han decidido dar por finalizada una relación profesional de apoderamiento que comenzó en la temporada 2000, con el cambio de siglo. Si algunas rupturas son amistosas en apariencia, ésta lo es sin tener que aparentarlo.
Las circunstancias de torero y apoderado han variado este año y esa es la razón de la separación. 'Mi situación personal y el tiempo que Toño puede dedicarme ahora no eran compatibles. Hemos hablado y es la mejor solución para los dos', afirma el torero. 'No hace falta decirlo porque él lo sabe, que las sensaciones, las vivencias en los once años que hemos estado junto han sido una de las cosas más importantes que me han sucedido y eso jamás se va a olvidar. Podemos dejar una relación profesional, pero esa otra se queda ahí siempre', dice Juan Serrano, quien ahora esperará a decidir la persona que pueda defender sus intereses y las corridas que le sean de interés.
Toño Matilla reconoce: 'Juan ha sido y será para mi mucho más que un gran torero, es como un hermano. He disfrutado muchísimo con él durante todos estos años al verle torear, pero aún he aprendido más conviviendo con él. Se termina esta relación profesional, pero lo importante para mí no se acaba'. Matilla también ha asegurado que 'ahora mismo tengo mucho trabajo y, siendo coherente, creo que es un buen momento para dejar esta relación. Juan va a seguir toreando allí donde él se sienta a gusto y bien tratado, su afición es enorme y siempre ha sido un torero que nunca dejó de entrenar, de prepararse en el campo ni de disfrutar de su profesión, de lo que más le gusta, que es torear'.
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